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La historia cuenta que la creación de la Tregua Olímpica comenzó con dos reyes que vivían cerca de Olimpia, Grecia llamados Iphitos y Cleomenes I, quien con la ayuda de el Abogado Espartano Licurgo, formalizó un acuerdo para hacer de la Tregua Olímpica una realidad, y algo que más tarde se convertiría en una parte integral de la visión olímpica. Con este contrato en vigor, la Tregua Olímpica proporcionó seguridad y protección para la arena Olímpica y la ciudad anfitriona Elis, y aseguró la paz durante los Juegos.
